domingo, 6 de noviembre de 2016

LOS DEBERES Y LA HUELGA... "QUERIDOS PADRES:"

Desde hace unos días, y más concretamente este fin de semana una noticia sobre educación nos está invadiendo y hace que nos posicionemos en la ya famosa "huelga de deberes".

Por varios motivos no pensaba pronunciarme públicamente al respecto, pero me he dado cuenta que esta es "mi guerra". Este tema forma parte de mi día a día, de mi vida como madre pero sobre todo como profesional.

Me gustaría empezar con una comparación, seguro que entenderán...

Tengo tres hijas de diferentes edades y con ellas he vivido y repetido enfermedades como amigdalitis, otitis, gripes, bronquilitis, neumonías, pediculosis y hasta lombrices. Por supuesto, yo también. Mi salud se ha resentido muchas veces: apendicitis, pielonefritis, anginas, gripe... 

Claro está que vivir todas estas experiencias me han dado cierto bagaje y en algunas ocasiones me he sentido con las habilidades y competencias de conocer qué padecía alguna de mis hijas, es más, me he he sentido con la capacidad de realizar un diagnóstico, prescribir y pautar un tratamiento; puesto que no solo conozco los síntomas, es más, conozco cómo son esos síntomas en cada una de mis hijas y qué tratamiento le resulta más útil.

Todas estas habilidades he sido capaz de desarrollarlas basadas en mi propia experiencia además de las no afortunadas vivencias que en algunas ocasiones he tenido acudiendo a centros médicos, donde lo que yo interpretaba era que el no pautarle el antibiótico en ese momento y pedirme que volviera al día siguiente para revisar la saturación de oxígeno, el tamaño de las placas o auscultarla de nuevo me hacía pensar que estaban perdiendo el tiempo, que me hija iba a seguir enferma, pasando malas noches... y me enfadaba porque pensaba que cuanto antes empezase el tratamiento, antes se recuperaría.

Todo esto tan solo es una interpretación desde mi experiencia. He juzgado, me he saltado y no he tenido en cuenta la opinión y prescripción en muchas ocasiones de los médicos, los profesionales.

Algo parecido está  pasando en educación y ahora mismo con la huelga de los deberes.

Una prestigiosa y reconocida asociación de padres ha movilizado una campaña en contra de los deberes los fines de semana. Mañana lunes muchos alumnos van a acudir a sus colegios sin haber realizado las tareas, pero otros muchos otros sí las habrán hecho. ¿Y qué va a pasar? ¿Cómo gestionará el profesor ese momento? 

Pepito no ha traído los deberes. Fulanito sí.

¿Qué hacer para que los dos alumnos se encuentren a gusto en el aula y no sientan, en ninguno de los dos casos "una injusticia"?

Seguro que el docente que se encuentre en esta situación gestionará el momento, porque para algo es el profesional ¿verdad?

Bien, con respecto a la huelga en cuestión...

Primero de todo me gustaría saber... ¿Cuáles son los verdaderos argumentos para ello?
La cantidad de tiempo que dedican es excesiva, he leído... "Los alumnos españoles pasan 6 horas semanales haciendo deberes en comparación de 4,8 horas de otros países europeos". 

Permítanme que les diga que no me lo creo. Y no me lo creo puesto que con una misma actividad un alumno puede tardar 5 minutos y otro 15. Y me dirán... es estadística. 

¿¿Estadística??

Lo siento no creo en la estadística en educación porque entonces estaríamos volviendo a ese modelo educativo del cual estamos rehuyuendo y luchando, que hace pasar a todos por la vara a la misma altura o como bien dijo Einstein:

"Todos somos genios, peros si juzgas a un pez por su capacidad de trepar un árbol vivirá toda su vida pensando que es un inútil"

Otra cuestión que me suscita con respecto al tema es...

¿Qué entiende esta asociación en concreto como deberes? ¿Ejercicios del libro? ¿tareas repetitivas? 

Lo que está ocurriendo puede ser que quizá no se tenga claro este término. 
Quizá haya algún alumno que necesite reforzar en casa algún concepto, posiblemente haya otro que necesite llevar deberes para fomentar su autoaprendizaje.

Para esto se necesitaría contestar, y más difícil todavía, se necesitaría llegar a un acuerdo con respecto a tres cuestiones fundamentales:

¿Qué son los deberes?
¿Para quién son los deberes?
¿Qué fin tienen los deberes?

Porque dependiendo de la edad, el momento, la tarea, el docente, el padre o madre... creanme, estas respuestas varían mucho.

He visto muchas veces, demasiadas, como personas sin la formación y experiencia laboral requerida juzga, dictamina y decide en temas de educación tan solo por su experiencia educativa vivida, la que en un momento fue y que es muy diferente a la realidad de nuestros alumnos. 

Es decir, actúan de la misma forma que yo he podido hacer en algún momento con el tema de salud en mi familia. Y que lo haya hecho no significa que esté bien hecho. Al pan, pan y al vino, vino.

Lo que sí es un hecho es que con esta huelga vemos una vez más cómo en al ámbito de la educación todos nos sentimos con las competencias y habilidades de decidir sin tener en cuenta y sin poner en el lugar que merece al profesional que está cualificado para ello.

Si de esta huelga surge un debate acerca de las tareas que nuestros alumnos e hijos realizan y cuáles de ellas son útiles de verdad, entonces sí habrá merecido la pena.

Porque hay cuestiones que van más allá de la tarea o del ejercicio en sí mismo, lo que desde mi opinión sí es realmente importante que nuestros alumnos aprendan, desarrollen e interioricen; son cuestiones subyacentes pero que les pueden dotar de ciertas habilidades para que en su presente y futuro sean personas competentes y con recursos para ser eficaces, pero sobre todo, para que sean felices.

Déjenme terminar diciéndoles un consejo. 

"Queridos padres: 
No les solucionen los problemas a sus hijos. 
Acompáñenles, muéstrenles opciones, caminos, consecuencias; pero háganles responsables y sobre todo genérenles confianza en sí mismos, el sentimiento de capacidad, de esfuerzo. Esto hará de sus hijos personas valiosas para mejorar lo que les rodea ahora y siempre".

Muchas gracias.