jueves, 20 de agosto de 2015

EL PARA QUÉ DE LAS COSAS

Los Coachs tenemos una serie de herramientas y estrategias para trabajar con los clientes. Una de ellas son las  distinciones. Estas nos sirven para facilitar el aprendizaje del cliente.

Como Coach persigo que mis clientes adquieran la habilidad de mirar las cosas con otra perspectiva, ampliar su mirada y así puedan encontrar nuevas opciones y soluciones a las diferentes situaciones.

Las distinciones no son una verdad absoluta. Son otro prisma por el cual observar nuestro lenguaje, ya que este es una parte intrínseca a nuestros procesos de pensamiento y entendimiento.

Existen muchos tipos de distinciones. Hoy os invito a que conozcáis una distinción y así cumplir con un compromiso que tengo con vosotros desde la primera entrada.

Una de las preguntas que os proponía en la entrada "LA MEJOR VERSIÓN DE TI MISMO" empezaba con un PARA QUÉ en lugar de POR QUÉ y os pedía que cuando la respondierais lo hicierais a partir del PARA... y no del PORQUE...

Cuando nos hacemos o nos hacen una pregunta con un ¿Por qué...? La respuesta va a ser una explicación, una justificación. No va a generar progreso. Todas estas preguntas te llevan al pasado y si piensas en construir un futuro con ellas estarás construyendo más pasado.

Cuando nos preguntamos la misma cuestión empezando con un ¿Para qué...? y se responde con para... La respuesta va a la motivación, camina hacia un fin, pone el foco en el el futuro. Genera progreso, indaga en las emociones y nos incentiva.

El Coaching es una disciplina que genera nuevas oportunidades, aprendizaje, cambio y transformación. Su metodología son las conversaciones a través de las preguntas abiertas, desde la aceptación al otro y el no juzgamiento; realizando un acompañamiento al cliente, en cualquiera de los ámbitos que necesite, para que conecte con sus dones, permitiéndole conectar con su máximo potencial y lo use en el logro de sus objetivos.

Como Coach, cuando realizo un proceso de Coaching, ya sea personal o familiar, pongo el foco en este tipo de preguntas, para realizar una buena exploración sobre el tema y lo que suele ocurrir es los clientes es que donde veían un obstáculo  encuentren claridad y motivación; donde creían sentir enfado toman conciencia de que es tristeza la emoción que primaba,  o al revés; en clientes que dicen sentir tristeza, debajo de ella estaba estaba camuflada  la emoción del enfado.

El PARA QUÉ es retador. Es una toma de conciencia y conecta con la emoción.

En mi labor profesional como maestra, también hago uso de este tipo de preguntas.

¿Para qué no has estudiado en este examen? En lugar de ¿Por qué no has estudiado en este examen? (La segunda suena mucho más a reprimenda, ¿verdad?)

Lo que los alumnos suelen contestar a un PARA QUÉ es un porque...
Lo tenemos grabado a fuego, justificarnos, dar motivos, excusarnos...

El PARA QUÉ además de la toma de conciencia, te hace RESPONSABLE. Te sitúa como protagonista de la situación.

Veamos con un ejemplo:

Si preguntamos a una persona ¿Por qué ha llegado tarde a la cena familiar? Podría respondernos cosas como:
-Porque he pillado un atasco tremendo
-Porque el niño se ha quedado dormido y no ha habido forma de ponerlo en marcha
-Porque no sonó la alarma 

Como veis justificaciones, el foco en estas respuestas ¿dónde está? En la persona, no.
Los POR QUÉS conectan con la Neocorteza del cerebro. Es la responsable de procesar información y datos; la comprensión. Son las cosas que le ocurren, en el pasado, las que hacen llegar tarde. Estas respuestas, además, no nos asegura que para la próxima vez sea puntual ni que emoción le acompaña. No maneja el comportamiento.

Observemos que ocurre cuando preguntamos lo mismo con el PARA QUÉ.
¿Para qué has llegado tarde a la cena familiar? 

La primera respuesta podría ser:
-Para nada.

Entonces podríamos decirle:
-¿Para que haces lo que haces?

Los PARA QUÉS nos conectan con el Sistema Límbico, que es el que controla la toma de decisiones, los sentimientos y las emociones. Estas respuestas hablan del coste que pagamos con cada comportamiento y el beneficio oculto, tal vez para mí, de comportarme así. Preguntar para qué sí revela lo que hay detrás de  un comportamiento.

Os invito a que salgáis de vuestra zona de confort de las justificaciones y comprobéis qué os dice a vosotros preguntar y responder PARA QUÉ a partir de ahora.

Estaré encantada de recibir vuestros comentarios y que digáis:

-¿Qué ha cambiado en ti cuando preguntas PARA QUÉ?

-¿Qué dice de ti  el que hayas dado este paso?

-¿Para qué lo has dado?

-¿Para qué no lo haces?




"Quien tiene un para qué tiene un cómo"


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Muchas gracias por tu visita.



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